Jorge Daniel Vásquez
Intentamos inscribir nuestra reflexión en relación a las posibilidades de la tecnología en relación a los alcances que podemos hacer en cuanto ésta constituye un problema que permite comprender las imbricaciones de la filosofía con los saberes prácticos y su utilización. Las barreras entre la naturaleza y el artificio, como diría François Gros (1990: 192) parecen diluirse a partir del desarrollo de las biotecnologías; sin embargo, la contemplación ante un acontecimiento de esta magnitud no puede un acto inocente, sino que suscita la crítica desde la perspectiva contextualista y de profundidad filosófica (la pregunta por lo humano o por lo que nos hace humanos) y de los alcances que esta problemática tiene en el horizonte del poder y del cuidado de la vida en término de cuestionamientos éticos. Por lo tanto, no pretendemos establecer una sanción ante el desarrollo científico-tecnológico (bio-tecnológico) en sentido apocalíptico sino hacer una lectura de Heidegger que pueda decir algo en el contexto actual marcado impregnado de interrogantes vitales como las planteadas por Gros: “¿va el hombre a acaparar, o ha “acaparado” ya, la naturaleza humana misma?” (pág 179).
Alcances de la meditación heideggeriana sobre la técnica
Al hacer una lectura La pregunta por la técnica nos queda claro que el concepto metafísico occidental de correspondencia (como concepto de verdad) no revela la esencia de la técnica por el hecho que, para entender la esencia de la técnica, debemos entender que ésta permanece en lo instrumental.
Identificar la técnica moderna como la explotación es un primer punto crítico que se establece a partir de la comparación con la técnica artesanal en la que el hombre y naturaleza están cotejados y en la cual éste no es un dominador. Hay una economía de autosubsistencia que opera más allá de la explotación. Evidentemente este razonamiento es lo que nos llevará a pensar en la necesidad de evitar que lo humano se convierta en simple “material” humano. Tal como lo presenta el filósofo Jorge Acevedo en su estudio sobre Heidegger y la época técnica:
“El ser se dona, se da o destina al hombre actual – y así, lo destina- en la figura de la técnica moderna. A partir de esta destinación el hombre devela lo que hay de una manera técnica; está en la verdad (desvelamiento), y a la par en la no-verdad (velamiento) técnicamente”. (Acevedo, 1999) Lee el resto de esta entrada »
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